Partimos de la base de que la feminidad Sagrada y la espiritualidad femenina son conceptos que reconocen que lo que entendemos como “Dios” es en realidad una esencia Divina que parte del interior, o sea, no es ni antropomórficamente masculina ni femenina.
Esta divinidad en una misma va más allá de la forma y la dualidad, es una esencia que está en equilibrio y unifica los principios masculinos y femeninos, es una interdependencia dinámica.
Este equilibrio es necesario, pues como bien se sabe en técnicas y conocimientos antiguos como la Alquimia, la Magia, el Tantra, Yoga y otros, uno no puede avanzar sólo con una de estas energías.
Esto que parece sencillo, todavía es un poco retador para la mayoría de nosotros. Esto pasa porque en realidad tenemos la necesidad de poner aquello que nos parece inexplicable de forma tangible, tenemos la mente educada para ello.
Entonces, para tener una relación personal con esta “divinidad” interna, y cuando queremos profundizar en la espiritualidad femenina, quieres ponerle forma, o atribuirle características humanas. Y esta forma nos lo enseñaron en forma de Dios masculino.
Sin embargo, el ver algo tan grande e indescriptible (Dios y Diosa, energía masculina y femenina, acción y sentimiento), sólo en su “forma”masculina, ha creado algunas carencias, tanto en hombres como en mujeres.
¿Cómo profundizamos en la espiritualidad femenina?
Es hora de equilibrar ambos principios dentro de los sistemas de creencias, en el espíritu cultural, en ti y dentro de la espiritualidad, para ir a una comprensión más profunda y que finalmente esto se manifieste de dentro hacia fuera, haciendo un cambio en la visión de la vida en general, haciéndote ser más sabia y crecer esas semillas de cualidades que no conocías y que pueden cambiar tu vida a mejor.
Para ello se debe cambiar el enfoque en algunos aspectos: quizá dedicando atención a la idea de Maternidad (no sólo entendida como física, sino en todo aquello en que puedes ser fértil).
Puedes explorar el significado de Madre en este sentido, su simbolismo profundo, como el mismo modelo de Sacerdotisa, algo por una parte olvidado, y por otra banalizado por algunos sectores.
Saca del recuerdo las historias de las antiguas Diosas, y a través de ellas, enfatiza la compasión, la sabiduría ancestral, la creatividad, la sexualidad sagrada y tantas otras cosas que te pueden ayudar a reconectar contigo, a encontrar de nuevo ese equilibrio para tu bienestar, autoestima y encontrar esa parte divina en tí.
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