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Primero debemos dejar claro que una mujer guerrera no es una mujer que se dedique a dañar, sino una mujer luchadora, fuerte y autosuficiente. La mujer que sabe lo que quiere y va a por ello.
mujer guerrera
Culturalmente, y debido al papel del patriarcado en la historia, ésta figura no ha tenido una aceptación muy correcta. Por tanto este aspecto femenino se ha visto menospreciado, llegando incluso a convertirse en una figura exótica. Esto es considerado como entretenimiento y fantasía sexual, “no propio” de la naturaleza femenina.
Esto, que es una desvalorización de la fuerza femenina, ha llevado a que todavía hoy las mujeres tengan grandes problemas al expresar su ira. Normalmente a una mujer furiosa se la ridiculiza y veta no considerándola como “fuerte” sino como “histérica”.
Y lo peor es que si llegas a reprimir este aspecto en ti, acabas convirtiéndote en sumisa, frustrándote. Esto afectan a tu autoestima.
Además, en la mayoría de los casos se ha disociado la figura de guerrera de la de esposa. Esto ha llevado a muchas mujeres a la conclusión de que debemos elegir entre ser amadas y sumisas o ser fuertes pero quedarnos solas.
Este hecho ha llevado a muchas generaciones de mujeres a tener que debatirse entre sus sueños y el amor. Deben elegir, y ver uno de los dos caminos truncado, generando un sentido de insatisfacción.
Una guerrera también trabaja el pensamiento racional, el intelecto, y por supuesto siempre equilibrando con otros arquetipos para no acabar dando más importancia a la mente que al corazón. De todas formas, a veces es necesario tomar éste papel para evitar que las emociones no te dominen al tomar decisiones importantes, por ejemplo, cuando te han decepcionado y debes apartar a alguien de tu vida para que no te dañe más.
