MEDEA, ANÁLISIS ARQUETÍPICO DE UNA SACERDOTISA DE HÉCATE

La de Medea es una historia fascinante. Si observamos de forma arquetípica lo que sucede en este drama escrito por Eurípides, nos damos cuenta que podría ser una historia muy actual.

Medea es una importante figura en su tierra, una poderosa Sacerdotisa de Hécate, especialista sobre todo en hierbas y venenos. Como buena Sacerdotisa, está muy conectada a su espiritualidad, y tiene su lugar de poder en la sociedad donde vive.

Un día aparece Jasón, el argonauta, dispuesto a robar algo muy valioso: el vellocino de oro, con el objetivo de recuperar su puesto como regente de su propia tierra. Para ello, y como Jasón es el protegido de las diosas Atenea y Afrodita, ésta última envía a su hijo Eros para que intervenga.

Eros hace que Medea se enamore de Jasón y le ayude en su empresa. Medea se embarca con los argonautas rumbo a tierra desconocida para ella, todo por amor, y renunciando a su lugar de nacimiento por haber traicionado a su pueblo.

La historia es mucho más larga, pero sólo me centraré en la parte que me interesa para este análisis.

Lo primero que vemos es una mujer con su propio mundo y espacio. Sin embargo, llega algo que la “ciega”, y se traiciona a sí misma para ocuparse sólo de lo del otro, olvidando su propio espacio.

Los argonautas junto con Medea, desembarcan en Corinto. Mucho tiempo había pasado, en el que Medea y Jasón se habían convertido en marido y mujer, y habían tenido 2 hijos.

Jasón, ávido de poder, y tras ciertas negociaciones, se compromete a dejar a Medea y casarse con la hija del rey de Corinto.

Tras conocer la noticia, Medea decide vengarse de ambos enviando un manto hechizado a Creúsa, la princesa, que hará que cualquiera que lo toque muera.

Así, cuando la princesa se prueba el manto, fallece. Y su padre, que había oficialmente anunciado a Medea que debería exiliarse junto a sus hijos, muere también al intentar salvarla.

Finalmente, Medea enloquecida por los celos y con la intención de vengarse de Jasón, mata ella misma a sus dos hijos.

¿Te suena esta historia? Para mí, es la historia de la mujer que abandona todo y a todos, tras un amor que después se despide de ella. Esta mujer despechada, en vez de reconstruirse, destruye sus proyectos, simbolizados por sus hijos.

Pero no es tan literal. Tiene muchas lecturas y espero que las descubramos.

Fact número 1: Medea si se caracteriza por algo, sobre todo al principio de esta historia, es que es una mujer independiente, “diferente” a las demás de su tiempo, y poderosa. Tiene conocimientos, y es reconocida en su lugar de origen (su propio espacio).

Si volvemos a la actualidad, podría ser muchas de nosotras, ¿no crees?

Fact número 2: Aparece un hombre. Es aventurero, valiente, y también poderoso, no en vano es el líder de los argonautas…parece ideal. Pero Eros, el Dios de la pasión amorosa, hace su entrada. Y ya sabemos lo que eso quiere decir. Amor, locura, pasión…en fin, tod@s lo hemos vivido…a veces con un amor, a veces con el proyecto o el deseo de un otro…

Fact número 3: Ella le ayuda, evidentemente cegada por esa pasión amorosa que siente (¿podemos decir que le idealiza?). Esta ayuda incluye traicionar sus principios: su lugar de origen, su fe, su congregación…es decir, lo que antes era su sostén.

Evidentemente, en ese momento, ella cree que así le demuestra amor (y que así él le dará el suyo). Y si lo llevamos a la actualidad, podría ser la mujer que a través del amor, se traiciona a sí misma y renuncia a quién es. Por el momento no se da demasiada cuenta, sólo cuenta el amor.

Fact número 4: Todo es maravilloso: se casan, tienen hijos, que son el fruto de su amor, y él se va haciendo poderoso con la ayuda de ella (ella es la hechicera, tiene ciertos poderes que guían a Jasón, y le hacen más grande). Fantástico.

Fact número 5: Jasón es poderoso. Pasa mucho tiempo fuera de casa, con contactos, trabajo, etc. De repente, decide abandonarla para “subir de nivel”. Para eso, debe desterrarla.

Fact número 6: Medea se venga de “la otra” y acto seguido, en vez de rehacer su vida, decide matar a sus propios hijos para hacer daño a Jason.

A nivel arquetípico y a través de éste análisis, si lo traemos a la vida actual (no olvidemos que ésta es una tragedia griega) podrían ser o bien los proyectos comunes, o los que Medea cuidaba con tanto amor, los suyos propios, ya sin sentido para ella.

¿Te suena todo esto?

La rabia. Los celos. El rencor. La ceguera que te impide ver que puedes rehacer tu vida, que si otro no te quiere en la suya, tú si te quieres en la tuya.

Que puedes recuperar el poder que una vez tuviste y que olvidaste sin querer por seguir un sueño,  un amor o un proyecto ajeno. 

Medea sigue siendo poderosa, eso está en su interior, así que en vez de matar lo poco que le queda en ese momento, podría volver a buscar su lugar y rehacerse. 

A cuántas nos ha pasado, que después de una decepción por algo que no estaba en nuestras manos, hemos deseado romper con lo que nos mantenía motivadas…

Sin embargo, debes saber que Medea es nieta del Dios Helio, el Dios del Sol. Luego en ella hay una chispa ardiente, que pase lo que pase está ahí, que puede alimentar si lo desea para volver a ser luminosa. Y esto es importante. 

Esa chispa está en todas nosotras, la puedes ir a buscar para en esos momentos oscuros, volver a encender la llamita que te recuerda quién eres. A veces con ayuda, o volviendo a amarte y ponerte en tu lugar. 

Así que si alguna vez te has sentido Medea, recuerda lo que hay en tu interior, lo que una vez ya fuiste y que puedes volver a ser. 

Imagen de Miquel Gordo

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