Soy una apasionada de la relación cuerpo-mente-espíritu (o alma). Desde siempre me ha llamado mucho la atención cómo aquello que sientes se refleja tarde o temprano en tu cuerpo, y no sólo eso: también en tu postura, tu movilidad e incluso tus rasgos, y también en tu vibración, energía y en aquello que atraes.
Una de las cosas que he aprendido por “deformación profesional”, es a “leer cuerpos”. En ocasiones, cuando llega una persona nueva a una clase de yoga, puedo saber si es introvertido, si es nervioso, si trabaja sentado…
No es un superpoder, simplemente debe pasarnos a la mayoría de personas que trabajamos en técnicas corporales.
Incluso a un nivel más intuitivo, puede haberte pasado a tí: haber conocido a alguien y de repente saber algo de esa persona a través de su postura, sólo por la primera impresión.
Aprender a conocer tu cuerpo en mi opinión es algo esencial. En esta era, en que vivimos casi todo el tiempo y casi todas las personas en la mente, nos hemos olvidado que hay que hacer el debido mantenimiento a esa envoltura de nuestra alma, como dice el yoga, la teurgia y tantos otros caminos espirituales.
Me llama mucho la atención ver por ejemplo cuántas personas sufren de los pies, pero en cambio casi nadie los trabaja, ¿y sabes que son los pies? Son tu base, es desde donde se construye la postura, son los que te dirigen a los sitios (observa esto en los 3 sentidos de los que estoy hablando: corporal, mental y espiritualmente). En cambio, los ponemos dentro de incómodos zapatos, nos olvidamos de que están ahí, no los estiramos, no nos fijamos en cómo se sienten…hasta que empiezan a doler.
Y ese no es el problema. El problema es que el cuerpo es una cadena, y puede empezar una mala postura desde los pies, que nos afecte a la espalda, al cuello, a la cadera…y sigue contando.
Luego como te encuentras mal, todo empieza a estar mal. Porque estás de mal humor y tu vibración cambia. No tienes ganas de hacer nada, te dejas, y esto te lleva a otros malestares (que serán diferentes para cada persona, carácter y forma de actuar en la vida).
Lo mismo funciona al revés: hoy en día muchos viven en el miedo, en la angustia (casi siempre sin que se haya dado ni se acabe de dar, el horrible escenario en el que piensan), sufriendo dolor de cabeza (demasiado pensar), malestar en hombros y cuello (demasiado peso que cargamos a la espalda), problemas de respiración (literalmente:me estoy ahogando, siento presión)…
Tu cuerpo es una gran ayuda que te da pistas para saber qué te pasa en realidad y qué hacer.
Otros tantos están demasiado “arriba” (si, también se puede ser espiritual en exceso) y por tanto no sienten su parte material, que también tiene su correspondencia en el cuerpo, pero que a la vez también se expresa en otros campos de la vida material como el dinero, las relaciones personales, etc. Si no sientes tu tierra, difícilmente serás consciente de ella y por tanto te podrás ocupar.
He visto personas muy materialistas enfermar de la zona de los intestinos y ano, he visto personas rígidas en su vida personal y por tanto en su cuerpo, mujeres con problemas de autoestima y problemas en huesos (lo que nos sostiene), y otras tener accidentes en épocas de cambios muy grandes (mudanzas, boda, etc.)
Hay un ejemplo muy sencillo para ver esto: seguramente te ha pasado que en una etapa de nervios, estrés, de no descansar…una gripe te ha obligado a estar en casa.
El estrés es emocional, pero afecta al cuerpo: sobrecarga en las suprarenales y a partir de ahí una cadena que finalmente afecta a tu sistema inmunológico y “pillas” cualquier virus que anda por ahí. Y eso si no acaba afectando también a tu vida sexual, a tu humor, apetito…
Son bien conocidos ya los efectos de la meditación no sólo sobre la mente, sino sobre el cuerpo físico. Es más: en muchas culturas forma parte de la espiritualidad y la mayor parte de las personas que la practican así la sienten.
Apunto que la espiritualidad no quiere decir siempre religión: para alguien, podría ser buscar el silencio, para otra persona, ir a conectar con la Naturaleza. Porque la espiritualidad es algo muy personal.
Cuando estás en una época difícil, puedes buscar la sanación en trabajar tu espiritualidad. Esto no quiere decir que no tengas los pies en tierra, sino que éste puede ser el paso que luego te ayude a subir el ánimo. Al final, todo es vibración, como dice la Ley Hermética y si no recuerdo mal, Einstein también, si quieres ir por lo científico. : )
Entonces, ¿no te parece más orgánico trabajar cuerpo-mente-espíritu al mismo tiempo y unos hacia otros? ¿no piensas que puede ser útil observar lo que sucede en tu cuerpo cuando estás inmerso en determinada emoción, o al revés?
Te animo a que te observes, a que cuides estas 3 partes de tí por igual, te aseguro que vale la pena.
Hola Yolanda, Vi tu entrevista en caja de Pandora y me encantó las diosas que hay en ti, saludos
Hola Claudia, ¡muchísimas gracias! Tienes más información sobre arquetipos aquí y en mi canal de YouTube si te apetece pasarte. Un saludo